Los accidentes cerebrovasculares pueden tratarse y prevenirse

Según la OMS, de los 56.4 millones de defunciones registradas en el mundo en 2015, los accidentes cerebrovasculares (junto a la cardiopatía isquémica) ocasionaron 15 millones de defunciones ese año y han sido las principales causas de mortalidad durante los últimos 15 años. Está entre las 2 primeras causas de muerte a nivel mundial y es el origen de serias discapacidades permanentes en adultos.

En ocasión del Día Mundial del Ictus (World Stroke Day) este domingo 29 de octubre, expertos de Mayo Clinic que integran los equipos de accidentes cerebrovasculares, explican de la gravedad de este padecimiento y la importancia de tomar medidas para prevenirlo, saber reconocerlo y buscar atención médica experta inmediata.

Un ictus o accidente cerebrovascular ocurre cuando se reduce gravemente el suministro de sangre al cerebro, interrumpiendo la provisión de oxígeno y nutrientes. En cuestión de minutos, las células cerebrales empiezan a morir. Puede ser provocado por una arteria bloqueada (accidente cerebrovascular isquémico) o por la pérdida de sangre o la rotura de un vaso sanguíneo (accidente cerebrovascular hemorrágico). Algunas personas pueden padecer solo una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro (accidente isquémico transitorio).

“Siempre se debe considerar una emergencia médica”, coincide el equipo formado por neurólogos cerebrovasculares, neurorradiólogos quirúrgicos endovasculares, neurocirujanos vasculares, fisiatras, médicos de emergencia y otros subespecialistas de Mayo Clinic. “Es fundamental que se realice un tratamiento inmediato, pues la acción temprana puede reducir al mínimo el daño cerebral y la posibilidad de complicaciones”, alertan los expertos. La buena noticia es que los accidentes cerebrovasculares pueden tratarse y prevenirse, y que en la actualidad una cantidad considerablemente inferior de personas muere a causa de ellos con respecto a 15 años atrás.

Existen una serie de signos y síntomas que deben ser considerados para detectar un accidente cerebrovascular. Sobre todo, debe observarse cuándo comienzan, dado que su duración puede afectar las decisiones del tratamiento.

Según la OMS, de los 56.4 millones de defunciones registradas en el mundo en 2015, los accidentes cerebrovasculares (junto a la cardiopatía isquémica) ocasionaron 15 millones de defunciones ese año y han sido las principales causas de mortalidad durante los últimos 15 años. Está entre las 2 primeras causas de muerte a nivel mundial y es el origen de serias discapacidades permanentes en adultos.

En ocasión del Día Mundial del Ictus (World Stroke Day) este domingo 29 de octubre, expertos de Mayo Clinic que integran los equipos de accidentes cerebrovasculares, explican de la gravedad de este padecimiento y la importancia de tomar medidas para prevenirlo, saber reconocerlo y buscar atención médica experta inmediata.

Un ictus o accidente cerebrovascular ocurre cuando se reduce gravemente el suministro de sangre al cerebro, interrumpiendo la provisión de oxígeno y nutrientes. En cuestión de minutos, las células cerebrales empiezan a morir. Puede ser provocado por una arteria bloqueada (accidente cerebrovascular isquémico) o por la pérdida de sangre o la rotura de un vaso sanguíneo (accidente cerebrovascular hemorrágico). Algunas personas pueden padecer solo una interrupción temporal del flujo sanguíneo al cerebro (accidente isquémico transitorio).

“Siempre se debe considerar una emergencia médica”, coincide el equipo formado por neurólogos cerebrovasculares, neurorradiólogos quirúrgicos endovasculares, neurocirujanos vasculares, fisiatras, médicos de emergencia y otros subespecialistas de Mayo Clinic. “Es fundamental que se realice un tratamiento inmediato, pues la acción temprana puede reducir al mínimo el daño cerebral y la posibilidad de complicaciones”, alertan los expertos. La buena noticia es que los accidentes cerebrovasculares pueden tratarse y prevenirse, y que en la actualidad una cantidad considerablemente inferior de personas muere a causa de ellos con respecto a 15 años atrás.

Existen una serie de signos y síntomas que deben ser considerados para detectar un accidente cerebrovascular. Sobre todo, debe observarse cuándo comienzan, dado que su duración puede afectar las decisiones del tratamiento:

 

Ante cualquier de estos síntomas, llama al 911 de inmediato. No esperes a que desaparezcan, porque cada minuto cuenta. Cuanto más tiempo se demore en tratar el accidente cerebrovascular, mayores serán las posibilidades de daño cerebral y discapacidad.

Existen muchos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y algunos de ellos también pueden aumentar las probabilidades de padecer un ataque cardíaco.

Factores de estilo de vida: Sobrepeso u obesidad, Inactividad física, Episodios de consumo muy elevado de alcohol, y Consumo de drogas ilegales, como cocaína y metanfetaminas.

Factores de riesgo médicos: Presión arterial alta (más de 120/80), Tabaquismo o tabaquismo pasivo, Colesterol alto, Diabetes, Apnea obstructiva del sueño (trastorno del sueño en el cual el nivel de oxígeno disminuye de forma intermitente durante la noche), Enfermedades cardiovasculares, como insuficiencia cardíaca, defectos cardíacos, infección cardíaca o ritmo cardíaco anormal.

Otros factores asociados a un riesgo más elevado de accidente cerebrovascular son: Antecedentes personales o familiares de accidente cerebrovascular, ataque cardíaco o accidente isquémico transitorio, Ser mayor de 55 años, Raza (los afroamericanos tienen mayor riesgo que las personas de otras razas) y Sexo (los hombres tienen mayor riesgo que las mujeres).

Para prevenir los ictus, el primer paso es informarse sobre los factores de riesgo para accidentes cerebrovasculares, seguir las recomendaciones del médico y adoptar un estilo de vida saludable. En caso de un accidente cerebrovascular o un accidente isquémico transitorio previo, estas medidas pueden ayudar a evitar sufrir otro.

En general, las recomendaciones para un estilo de vida saludable son las siguientes:

  • Controlar la presión arterial alta (hipertensión).
  • Llevar una dieta rica en frutas y vegetales. Cinco o más porciones diarias de frutas o vegetales. Reducir la cantidad de colesterol y grasas saturadas.
  • Dejar de fumar (ya sea como fumador o fumador pasivo), Evitar las drogas ilegales Beber alcohol con moderación, o no hacerlo. Consulte siempre con su doctor.
  • Controlar la diabetes.
  • Hacer ejercicio en forma regular y mantener un peso saludable. Hasta 30 minutos de actividad (como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta) la mayoría de los días de la semana.

Siempre acude a especialistas en caso de accidentes cerebrovasculares. Los pacientes que han sufrido ictus necesitan de un equipo multidisciplinar con pericia y que ofrezca atención médica personalizada.