El entretenimiento se ha vuelto cada vez más personal.

La inundación de las pantallas rodea cada momento de nuestra vida diaria. La música hoy casi depende de Spotify y demás servicios de streaming. Vemos películas, series y demás multimedia sin importar el tiempo y el espacio.

Cuando tenemos la disposición vemos nuestra televisión que generalmente ronda las 50 pulgadas diagonales y obtenemos el sonido a partir de las microbocinas de la TV o en el mejor de los casos de una barra de sonido.

Nada de lo anterior tiene que ver con el concepto del Cine en Casa. Y aunque algunos críticos lo notan como una idea old fashion, pues apuestan por la llegada de videojuegos 3D y contenidos en realidad virtual y realidad aumentada, lo cierto es que el séptimo arte es la máxima expresión emocional audiovisual que conocemos.