Diversos estudios han demostrado que si más mujeres mexicanas accedieran a
empleos formales, el PIB del país crecería un 15% de aquí a 2030
– México aún se encuentra en una situación en la que las mujeres ganan entre un 13% y
un 26% menos que sus homólogos masculinos por las mismas tareas
Ciudad de México, 12 de marzo de 2024.- La economía mexicana ha sorprendido a muchos
pronosticadores, con un crecimiento del PIB del 3,6% el año pasado, que la situó en el cuarto
puesto de América Latina. Sin embargo, si el país quiere seguir creciendo, una de las cosas
importantes es aumentar la presencia de mujeres en la población activa. Diversos estudios han
demostrado que si más mujeres mexicanas accedieran a empleos formales, el PIB del país
crecería un 15% de aquí a 2030. Los sectores público y privado ya han dado algunos pasos
hacia la promoción de la igualdad y la inclusión, pero aún queda mucho por hacer. Este artículo
explora cómo los logros recientes pueden actualizar a las empresas en México que buscan
mejorar sus políticas, lo que aún queda por hacer y cómo las empresas pueden ayudar a que
esto sea una realidad.
Si bien es evidente que la inclusión de las mujeres es un objetivo que vale la pena para
cualquier empresa en cualquier país, múltiples estudios, entre ellos McKinsey 2023, también
han demostrado que la mayoría de las empresas, que representan el 60%, han aumentado sus
compromisos financieros y de personal hacia la diversidad, la equidad y las iniciativas de
inclusión. Además, casi tres cuartas partes de los líderes de RR.HH. destacan el papel
fundamental de la DEI en la configuración de los logros futuros de sus empresas.
En lo que respecta a México en particular, un reciente informe del FMI destaca cómo las
medidas eficaces para reducir las disparidades de género incluyen políticas fiscales específicas
y reformas legales. Éstas abarcan garantizar la igualdad salarial por un trabajo comparable,
mejorar el permiso parental e impulsar las inversiones en atención sanitaria materna y cuidado
infantil. Además, implica abordar las diferencias educativas, reforzar las estrategias
presupuestarias de género y recopilar datos basados en el género sobre los resultados
socioeconómicos. Además, es necesario permitir el pleno acceso de las mujeres a las
pensiones públicas y reducir la carga del trabajo no remunerado de cuidados familiares.
Aunque las empresas ya pueden tomar nota de estas sugerencias a la hora de aplicar sus
propias políticas inclusivas, también es importante que las que operan en México conozcan y
ayuden a aplicar los recientes cambios legislativos que han dado prioridad al bienestar de la
mano de obra femenina.
Recientes reformas gubernamentales han incluido el permiso menstrual (aunque sólo aplicable
en algunos estados y para empleados públicos), la ampliación de los días de vacaciones y un
aumento del 20% del salario mínimo. El gobierno mexicano también ha declarado que una
mayor inclusión de la mujer es una prioridad para el desarrollo del país. Sin embargo, no puede
corresponder al gobierno impulsar el cambio, las empresas también deben poner de su parte.
México aún se encuentra en una situación en la que las mujeres ganan entre un 13% y un 26%
menos que sus homólogos masculinos por las mismas tareas, y en la que las mujeres están
infrarrepresentadas en todos los niveles de una empresa, ya que sólo representan el 10% de
los directores generales y apenas el 7,5% de todos los puestos del Consejo de Administración
en las empresas más grandes.
Para abordar estas cuestiones, las empresas deben aplicar medidas proactivas. Por ejemplo,
Mphasis, una empresa que ha ampliado su presencia en México, ha puesto en marcha algunas
iniciativas para promover la inclusión en otros mercados. Ejemplos de ello son Womentoring, un
programa centrado en el seguimiento y la formación de las empleadas de la organización para
que asuman funciones de liderazgo emparejándolas con un mentor que tenga una carrera
establecida en el campo elegido por la participante. Otro programa de éxito ha sido LEADHER,
en el que se ayuda a las empleadas a avanzar en funciones de liderazgo motivándolas para
que rompan estereotipos y se comprometan con el autodescubrimiento, las dinámicas de
comunicación y la creación de redes. La empresa también ha puesto en marcha Leapvantage,
un programa de coaching para perfeccionar las habilidades de liderazgo de las mujeres a
través de una iniciativa de aprendizaje reflexivo, creada específicamente para mujeres
profesionales de alto potencial con sesiones de coaching a cargo de profesionales de alto nivel
junto con círculos de aprendizaje colaborativo.
Otra forma en que Mphasis se esfuerza por crear un lugar de trabajo más integrador para las
mujeres es mediante campañas específicas en determinadas regiones para contratar a mujeres
que hayan interrumpido su carrera profesional. Aunque mantener el equilibrio entre la vida
laboral y personal es necesario para todos los miembros de la empresa, puede ser
especialmente importante cuando se trata del cuidado de los hijos. Las empresas no sólo
deben aplicar políticas de trabajo flexible, sino también reconocer la importancia de ofrecer
oportunidades a las mujeres que desean reincorporarse al mercado laboral tras una
interrupción de su carrera.
Las empresas también pueden tomar la iniciativa suscribiendo acuerdos internacionales, como
los Principios de Empoderamiento de las Mujeres de las Naciones Unidas, de los que Mphasis
es signataria. Establecer objetivos transparentes y alcanzables para la igualdad de género en
toda la estructura de la empresa es también otra forma en que las empresas en México ya
pueden ayudar a impulsar la inclusión de las mujeres más allá de la legislación vigente.
Además, la empresa se ha fijado objetivos clave para los próximos dos años, entre ellos
aumentar la proporción total de mujeres en su plantilla hasta el 40% en 2025 a escala mundial.
Está claro que aún queda mucho por hacer, tanto por parte del sector público como del privado,
para que las futuras mujeres líderes y trabajadoras altamente cualificadas de México ocupen
los puestos adecuados, pero a nivel de concienciación, parece que se están produciendo
avances. Por ejemplo, según McKinsey, 80% de los empleados encuestados en 2022 dijeron
que sus organizaciones están comprometidas con la diversidad de género, frente a 68% en
2017, mientras que 60% dijo que la diversidad contribuye a un mejor ambiente de trabajo.
Aunque es claro que hay avances, con un número creciente de trabajadores reconociendo el
compromiso de sus empresas con la diversidad de género, es crucial tomar medidas concretas.
Las empresas deben traducir los compromisos en resultados tangibles estableciendo objetivos
de inclusión alcanzables. Las políticas transparentes y los objetivos medibles no sólo atraen y
retienen a las mejores mujeres líderes, sino que también contribuyen al desarrollo a largo plazo
de México, beneficiando a todos los ciudadanos.