Hay lugares que no solo se visitan, se viven. Espacios donde el tiempo se suspende y las conversaciones encuentran su ritmo natural, sin prisas. Columba es uno de esos sitios, es un refugio para el alma, un escenario para la memoria, un punto de encuentro donde el amor en todas sus formas (el amor propio, el de pareja, el de familia, el de amigos o el que apenas nace) se celebra con cada taza de café, cada platillo servido con intención y, por supuesto, cada bebida cuidadosamente pensada.Este mes de junio, Columba se transforma en el destino ideal para celebrar a papá. No importa si es de los que disfrutan una buena charla al calor de un carajillo, si prefiere viajar con los sentidos a través de un cóctel exótico, o si su ritual favorito es brindar con una copa de vino. Aquí, cada padre encuentra su lugar.Desde el primer momento, Columba te abraza. Las escaleras adornadas con candados son una invitación a dejar huella, a sellar un vínculo sin etiquetas ni convenciones. Puede ser un compromiso con uno mismo, una promesa a la familia, o un homenaje a quienes ya no están pero dejaron una marca. La atmósfera es cálida, íntima, casi mágica. La decoración evoca la sensación de estar en casa, una casa donde siempre hay café caliente, pan recién horneado y música viva que acaricia los sentidos. Aquí, lo mismo puedes escuchar la nostalgia de un trovador o la alegría de un dueto pop. Cada noche tiene su propio ritmo, como los recuerdos que se construyen lentamente.Y es esa misma energía la que hace de Columba el lugar perfecto para celebrar el Día del Padre. Es una experiencia que honra la conexión, el cariño sin palabras, los recuerdos compartidos y los que aún están por escribirse.
En Columba, cada cóctel es una postal líquida. Bebidas que despiertan los sentidos y evocan un rincón del mundo. Para los papás que aman el mar y la frescura de la costa, Acapulco es una elección vibrante:tequila, jengibre, coco y Yoli se funden en un trago que sabe a atardecer frente al Pacífico. Si busca algo más herbal y refrescante, Zipolite es una brisa veraniega hecha bebida: mezcal con pepino, albahaca y piña, ideal para esos padres con alma de explorador. Y si prefiere sabores intensos con un toque de picardía, Mazunte ofrece una mezcla de mezcal, jamaica, morita y sal de chapulín, perfecta para quienes no temen probar algo distinto.También está Río de Janeiro, un cóctel lleno de alegría y carácter, con ron, maracuyá, limón y hierbabuena; y Ámsterdam, con vodka, frambuesa, zarzamora y lichy, ideal para los papás que disfrutan los sabores frutales y sofisticados. Para quienes se dejan llevar por la calidez del whisky, Ibiza sorprende con una combinación de zarzamora, albahaca y arándano.Mientras que Ponts des Arts (un homenaje líquido a los puentes parisinos)mezcla gin, piña, naranja y jengibre, recordándonos que cada brindis puede ser también una promesa.Y, por supuesto, el favorito de muchos: el Carajillo Columba, que eleva el clásico carajillo con vodka, licor de café, espresso y helado de vainilla. Una bebida pensada para quedarse más tiempo en la mesa, acompañando las historias que se cuentan con los ojos brillantes.Porque papá merece ser celebrado más de un solo día, durante todo el mes de junio en Columba, los papás recibirán una cerveza, un cóctel o una copa de vino de cortesía con el consumo de su platillo favorito.Una manera de agradecer su presencia, su ejemplo, sus silencios sabios y su alegría compartida.Ven con él, invítalo a redescubrir el placer de una charla sin interrupciones, de una comida servida con cariño, de una bebida que cuenta una historia. Ven a celebrar no solo al padre que te crió, sino también al amigo, al cómplice, al maestro de vida que ha sido en todas sus formas.Porque en Columba, cada experiencia es un homenaje al amor que trasciende etiquetas. Y este Día del Padre, la mejor manera de celebrarlo es brindando con él.