Durante años, la competencia en el mundo de los smartphones se libró en las trincheras del hardware. Cámaras con más megapíxeles, pantallas de mayor resolución, procesadores más rápidos y baterías que prometían durar más de un día completo. Hoy, aunque estos elementos siguen siendo relevantes para los consumidores, el foco se ha desplazado hacia un nuevo territorio: la inteligencia artificial (IA).La IA está dejando de ser una promesa abstracta para convertirse en una realidad cotidiana. Desde asistentes proactivos hasta herramientas de edición inteligente de imágenes, traducción en tiempo real y funciones de productividad, los smartphones se están transformando en dispositivos capaces de anticipar las necesidades del usuario, adaptarse a su estilo de vida y, en muchos casos, sustituir tareas que antes requerían otras plataformas o dispositivos.Este cambio no se limita a la gama alta. Una de las grandes transformaciones del mercado ha sido la democratización del acceso a estas funciones. Al primer trimestre de 2025, 84% de los usuarios en México cuentan con un dispositivo de gama media o alta, y por tanto, tienen el potencial de acceder a herramientas basadas en IA. No obstante, todavía existe una brecha de conocimiento: solo 4 de cada 10 usuarios saben que su smartphone puede ofrecer funciones de IA, y apenas 23% reconocen que su dispositivo las incorpora.Esta brecha entre potencial y conocimiento revela una oportunidad, pero también una responsabilidad para los fabricantes. Hoy no basta con integrar funciones avanzadas, sino con hacerlas visibles, intuitivas y útiles. En ese sentido, algunas marcas han comenzado a destacar por llevar estas capacidades a un público más amplio.Un ejemplo reciente de esto es el fabricante Honor, que ha buscado posicionarse en el mercado mexicano con una estrategia centrada en acercar funciones de inteligencia artificial a dispositivos de gama media. Más allá del diferenciador técnico, este enfoque responde a una visión de inclusión digital que reconoce que la IA solo transforma cuando está verdaderamente al alcance de todos.A medida que esta tendencia se consolida, el mercado mexicano podría estar presenciando una nueva etapa de adopción tecnológica: una donde la IA no es una etiqueta para vender más, sino una herramienta real para mejorar la vida de las personas. Y en esa batalla, no ganará necesariamente el que tenga el chip más rápido o la cámara más potente, sino quien logre hacer de la inteligencia artificial una experiencia cotidiana, accesible y relevante.La próxima gran innovación será aquella que logre integrarse de manera natural en la experiencia del usuario, aportando valor real, mejorando la funcionalidad cotidiana y facilitando la interacción con la tecnología. |