
En 1966, cuando Ford celebraba casi medio siglo de presencia en México, nació el Comité Cívico de Ford, Lincoln y sus Distribuidores con una convicción sencilla y contundente: acortar la distancia entre la niñez y la educación a través de la construcción de escuelas. Así se levantó la Escuela Ford No. 1, inaugurada el 16 de noviembre de ese mismo año en León, Guanajuato; fue el punto de partida de un proyecto que, 212 planteles después, ha brindado educación primaria a más de 1.7 millones de niñas y niños a lo largo y ancho de la República Mexicana.
El programa opera mediante un acuerdo con la Secretaría de Educación Pública: el Comité construye y equipa las escuelas, mientras la SEP se encarga de los docentes, los planes de estudio y la administración. Los planteles cuentan con aulas didácticas, salón de usos múltiples, aula de medios, patio cívico y espacios recreativos. Para que el deterioro no apague la chispa original, cada escuela recibe mantenimiento integral cada tres años por parte del Comité Cívico de Ford, Lincoln y sus Distribuidores, desde la instalación eléctrica y sanitaria hasta la impermeabilización y la pintura.
Con el tiempo, la visión se amplió más allá de la construcción de muros y techos; la meta ahora es fomentar la ruta académica de los estudiantes con ayuda de diversas fundaciones y alianzas, ejemplo de ello son los siguientes programas: El programa Ford Impulsando Sueños, financiado por Ford Philanthropy y el Comité Cívico de Ford, Lincoln y sus Distribuidores garantiza becas que enlazan la primaria con la secundaria y es así que, en alianza con Fundación BBVA México, los cien mejores egresados de las Escuelas Ford reciben dos mil pesos mensuales durante los tres años de secundaria, además de acompañamiento académico y socioemocional.
Asimismo, la alianza con Fundación Robotix introduce la metodología STEM mediante la robótica, despertando vocaciones científicas y reduciendo la brecha de género. Para mejorar la calidad de la educación, más de mil computadoras han llegado a las aulas, y la iniciativa con Fundación Ver Bien Para Aprender Mejor ha entregado más de veinte mil lentes que devuelven nitidez al aprendizaje de los alumnos Ford. En paralelo, el Torneo Nacional de Deportes convierte la actividad física en un espacio que abre fronteras, donde se cultivan disciplina, trabajo en equipo y fraternidad.
La calidad educativa también pasa por las manos que imparten la clase. Por ello, cada año se realiza el Congreso Nacional para Maestros y Directores de Escuelas Ford, un encuentro que reúne a más de 240 profesionales de la educación para actualizarse en tendencias pedagógicas y liderazgo escolar. Durante varios días, los docentes exploran tácticas para integrar la inteligencia artificial en el aula, fortalecer la resiliencia emocional y promover la perspectiva de género, mientras que los directores se adentran en metodologías como el design thinking y la comunicación empática.
Como parte de la celebración de los 100 años de Ford en México, Ford presentó la nueva etapa del programa “Educación en Movimiento”, un plan que regresa a sus raíces para impulsarse hacia el futuro. La primera acción consiste en la restauración integral de la histórica Escuela Ford No. 1 en León, Guanajuato; su renovación honrará la memoria de los pioneros de las Escuelas Ford mientras incorpora espacios y tecnologías para los estudiantes. Paralelamente, el legado seguirá extendiéndose con la construcción de dos nuevos centros: la Escuela Ford No. 213 en Mexicali, Baja California, y la No. 214 en el Estado de México, cerca del Global Technology and Business Center (GTBC). Con ello, la presencia de la red se consolidará en el norte y el centro del país, llevando infraestructura moderna y ambientes de aprendizaje a comunidades que los demandan con urgencia.
La segunda acción potencializa el capital humano que llenará de vida esos salones: Ford Philanthropy inyectará un millón de dólares adicionales al fondo de becas, con lo que “Educación en Movimiento” alcanzará una inversión total de 3.4 millones de dólares. Estos recursos acompañarán a alumnos sobresalientes desde la primaria hasta la universidad, cubriendo colegiaturas, materiales y tutorías personalizadas que refuercen su desarrollo académico, emocional y liderazgo. Así, cada estudiante se convierte en un embajador del efecto multiplicador de la filantropía: el talento que hoy se fomenta en los salones Ford tendrá la oportunidad de regresar a sus comunidades como ingenieros, científicas, docentes o emprendedores que repliquen el compromiso social de la marca.
“Invertir en educación es la promesa de un futuro mejor”, señala Lucien Pinto, presidente y CEO de Ford de México, Puerto Rico, Centroamérica y el Caribe. Cada vehículo Ford o Lincoln que circula por las calles del país alimenta esta promesa, pues parte de sus ventas mantiene vivo el programa. “Al conmemorar 100 años de operaciones en México y 59 de labor del Comité Cívico en las aulas, los Distribuidores Ford y Lincoln demuestran que un motor puede impulsar más que un auto: puede impulsar el futuro. En los salones de las Escuelas Ford se forja el talento que mañana conducirá al país a través de nuevos desafíos, prueba viva de que la solidaridad, cuando se combina con visión y constancia, es imparable”.

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