Ernesto Piedras
El sector de las telecomunicaciones es intensivo en
inversiones en infraestructura para el desarrollo y provisión de más y mejores servicios para la población. Su flujo constante y suficiente es
necesario para alcanzar el pleno acceso a estos, así como para
optimizar y actualizar las redes disponibles.

En México, este sector registra un déficit de infraestructura, al no
haberse dedicado un monto abundante de recursos, especialmente por el operador principal/preponderante, desde la década pasada pero también en el último lustro, que resulta en un tercio de la población aún
desconectada.

Inversiones 2015-2019. En estos años, la inversión en
telecomunicaciones creció a un promedio anual de 18.1%, de acuerdo conestadísticas del IFT. Sin embargo, en 2017 y 2018, tuvo lugar una caída de 19.0% y 3.3%, derivada del subejercicio y contención de recursos
dedicados por el agente económico preponderante en
telecomunicaciones, América Móvil (Telmex-Telnor/Telcel).

En 2019, se recuperó la dinámica de las inversiones, al registrar un
crecimiento anual de 26.2%, con un monto acumulado de $97,632
millones de pesos (mdp.). Destaca la aportación realizada por el
conjunto de operadores competidores, al destinar 34.2% más recursos, mientras que las inversiones del preponderante tan sólo fueron 6.5%
superiores.

Competencia vía Inversiones. Los esfuerzos para proveer
servicios en condiciones óptimas y competir por la vía de las inversiones, por parte de los operados distintos al preponderante, se traducen en una vasta suma de recursos que asciende a más de tres cuartas partes (75.8%) del agregado sectorial o un total de $73,956 mdp. en 2019.

En franco contraste, el preponderante únicamente participó con
menos de una cuarta parte (24.2%) de las adiciones de capital, con
inversiones por $23,676 mdp.

Este jugador pasó de contribuir con 48.4% del total en 2015, a la
mitad de este coeficiente (24.2%) en 2019. Es decir, se trata de un
operador que obtiene casi dos tercios de los ingresos (59.6%), pero
dedica inversiones que equivalen a menos de una cuarta parte del
balance agregado sectorial.

Ni siquiera en el segmento móvil, en el que registra una trayectoria ascendente en su cuota de ingresos, participa de manera creciente y
preponderante. En 2019, sus inversiones en el segmento se contrajeron
7.9% en términos anuales y contribuye con tan sólo 40.3% del total
($10,021 mdp.), con ingresos que representan 7 de cada 10 pesos que
se generan en este mercado.

Inversiones como Proporción de los Ingresos. En el último lustro, los competidores del preponderante muestran una rampa ascendente en su ejercicio de inversiones como proporción de sus ingresos y alcanzaron un nivel máximo de 35.9% en 2019.

Por el contrario, el preponderante registra un descenso en su volumen de inversiones entre el total de sus ingresos. Tan sólo invirtió 7.8% de
lo que generó por la provisión de servicios de telecomunicaciones en
2019. En el mercado móvil, dedica una razón inferior (4.8%), mientras que sus competidores lo hacen a un nivel tres veces superior (16.8%).

Competencia para las Inversiones. Los competidores demandan un balance en el terreno de juego para competir crecientemente por la vía
de inversiones y son estos los que más invierten en el sector de
telecomunicaciones.

Para asegurar la continuidad de esta dinámica de recursos para la
optimización de los servicios, el regulador debe implementar
mecanismos eficaces para reducir el peso excesivo que ostenta el
preponderante.